Lo diré una sola vez, para no gastar en repeticiones insensatas la sonoridad de una verdad que me ha sido revelada, y que debería hablar por sí misma:
Alejo Carpentier es Dios, y Roberto Bolaño es su Profeta.
Sinceramente,
NMMP
Ni acá ni allá, ni en la izquierda ni en la derecha, extranjeros en todas partes, confundidos, melancólicos, románticos y cínicos a un tiempo; en una palabra: insoportables. Que quede claro que nada de lo que se lea aquí tiene similaridad alguna con lo que el autor tenía en mente.
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