miércoles, 25 de mayo de 2011

Sobre los Miopes Indignados

Poco a poco, los ídolos se van muriendo. Hace cien años fue Dios. Hoy, la Revolución ha muerto; y nosotros, los jovenes, la hemos matado. Como dijera Kafka, lo único que nos queda por hacer es dejar caer nuestras cabezas llenas de odio sobre nuestros pechos llenos de asco. ¿Es esto lo que queda del socialismo? ¿El derecho de la clase media a perpétuas vacaciones pagadas?

No, hermanos míos, la revolución no la haremos nosotros. Al contrario: si la revolución ocurre, nos la harán a nosotros. Y no será una fiesta en la plaza, con vino y guitarras, sino un momento aterrador, violento, lleno de muerte y horror —y nosotros, hermanos, seremos los primeros contra la pared. Después de todo, ¿quién es capaz de mirar a los ojos al Mesías, quién puede sostenerle la mirada al Ángel Exterminador?

Sinceramente,
NMMP